Incertidumbre, de David Lindley

IncertidumbreEinstein, Heisenberg, Bohr y la lucha por el alma de la ciencia

Introducción

Si la ciencia es el intento de extraer orden de la confusión, a principios de 1927 se desvió hacia un camino inesperado. En marzo de ese año, Werner Heisenberg, un físico de solo veinticinco años pero ya de renombre internacional, estableció un razonamiento científico que era, en igual medida, simple, sutil y sorprendente. El propio Heisenberg difícilmente podría afirmar que sabía exactamente lo que había hecho. Luchó por encontrar una palabra adecuada para captar su sentido. La mayoría de las veces usaba una palabra alemana traducida fácilmente como “inexactitud”. En un par de lugares, con una intención ligeramente diferente, probó con “indeterminación”. Pero bajo la presión irresistible de su mentor y por momentos jefe de tareas Niels Bohr, Heisenberg agregó a regañadientes una anotación (1) que trajo una nueva palabra al escenario: incertidumbre. Y así fue que el descubrimiento de Heisenberg se hizo conocido indeleblemente como el principio de incertidumbre. Continue reading