“Si el rey de España nos hubiera enviado a nuestro país, no nos habría expulsado. Pero fuimos expulsados de nuestro país de modo que cada cual se dirigiera a un país extranjero,y por eso se llama expulsión”, Yosef ben Meir Garzón*
Mi abuela materna, en su personal interpretación de los hechos, atribuía el comienzo de la declinación de España a la expulsión de los judíos (1). Comparta o no la precisión de su juicio -debió haber dicho las Coronas de Castilla y de Aragón-, y al margen de cuán demostrable resulte en lo demográfico y económico, los autores de la infamia no la engrandecieron con ella, por el contrario, agregaron iniquidad a los cimientos del reino que terminarían por construir, más persecución a los perseguidos, y en lugar de respetar el derecho de nacimiento de la comunidad judía más importante y numerosa de Europa, la enviaron a la diáspora. Continue reading